Es perfectamente normal sentirse preocupado de vez en cuando. Pero es un problema cuando tu vida está dictada por cosas que temes y por las que estás ansioso.

Somos afortunados porque hay formas de obtener algo de alivio y relajar nuestras mentes.

Es muy fácil que el cerebro se atasque en hábitos que continuamente promueven pensamientos ansiosos. Esto puede suceder muy fácilmente.

Sin embargo, podemos modificar nuestra rutina diaria incorporando nuevos patrones y, en poco tiempo, podemos convertir lo negativo en algo bueno.

Combata los pensamientos ansiosos siguiendo esta hoja de ruta hacia una vida libre de estrés.

Preocuparse es terrible tanto para tu salud física como para tu bienestar mental.

En la mayoría de los casos, tampoco logra nada, lo cual es otra desventaja.

No es exactamente la presentación más atractiva, ¿verdad?

Sin embargo, hay momentos en los que es simplemente imposible ayudarse a sí mismo.

Te preocupas por dormir, manteniendo tu mente y corazón acelerados en todo momento.

Cuando te despiertas por la mañana, todo está exactamente como cuando te fuiste, con una excepción: las bolsas debajo de los ojos han crecido un poco.

Nuestra programación genética tiene toda la culpa de todo esto. La existencia de nuestros antepasados ​​dependía de un estado de alerta constante.

El hecho de que el cerebro humano no sea particularmente hábil para diferenciar entre una reunión de directorio y un animal salvaje es uno de los factores que contribuyen a la prevalencia generalizada del estrés en la sociedad actual.

La preocupación, la preocupación y la ansiedad son parte de un círculo vicioso que es perjudicial para su bienestar físico y mental. Investigar los orígenes y las características de sus inquietudes es la estrategia más efectiva para romper este ciclo de retroalimentación.

Una vez que comience a resolverlos, podrá resolver los temores que son infundados e inútiles y comenzar a tomar medidas sobre las preocupaciones sobre las que realmente puede tener cierto control.

Marcell Mazzoni