En esta novela, J.W. Rochester trae la historia de Panderva, que vive en las calles de Florencia, enfrentándose a peligros y provocaciones, con la misma altivez de su época de reina.
En una trama donde el bien y el mal se enfrentan a sus desafíos, surge el ejemplo de superación y aprendizaje, demostrando que las experiencias de vida tienen su razón de ser, dentro del propósito de la Ley Superior, que invita a todos a la regeneración y la perfección.
La historia de Panderva, con sus amores y desilusiones, muestra que nunca estamos solos y que la ayuda siempre llega cuando el orgullo y el egoísmo se ven duplicados por el dolor. Para ello, Dios se hace presente a través de personas y circunstancias que se cruzan, no por casualidad, en nuestros caminos.
Si no fuera por la ayuda de Wladimir, Panderva nunca habría sido Isolda.
Pero aquí, solo Rochester es capaz de desentrañar esta difícil y fascinante trama.