Hay libros que llegan como caricias. Otros, como bofetadas. Algunos se deslizan por los ojos y otros, los menos, se clavan directo en el alma.
Este libro... este libro te atraviesa. "33 Orgasmos" no es simplemente un título provocador. Es una declaración de guerra contra los prejuicios, un grito de libertad en un mundo que insiste en domesticar a quienes se atreven a brillar con luz propia.

"33 Orgasmos" es la historia real de una mujer que, en lugar de esconder sus cicatrices, decidió tatuarlas en las páginas de un libro. Y ese acto, ese coraje de narrarse sin filtros, es un regalo que no puede pasarse por alto. En "33 Orgasmos", cada página late con la intensidad de quien ha decidido vivir sin pedir permiso, de quien transforma el dolor en palabra, y la palabra en libertad.

Conocí a Greisy Cañizalez y, desde el primer instante, supe que no estaba ante una mujer común. Ella es fuego, es agua, es tierra fértil donde florecen las preguntas incómodas y los placeres prohibidos. Tiene la risa de quien ha llorado mucho y el silencio profundo de quien ha bailado en la oscuridad con sus propios demonios.

"33 Orgasmos" no se limita a contar una historia: se ofrece entera, con una autenticidad que desarma y una profundidad que obliga a quien lee a mirarse hacia adentro. "33 Orgasmos" es una invitación a romperse y recomponerse. A abrazar lo incómodo. A sentir, aunque duela.
Y por eso, "33 Orgasmos" no es solo un libro. Es un espejo.
"33 Orgasmos" te regalará el viaje más íntimo y valiente que un libro puede ofrecer. Porque a veces, para encontrarte, necesitas perderte en las palabras de otra.