Ante un diagnóstico de cáncer en algún integrante de la familia, se nos presenta el gran reto de dar la noticia a los más pequeños. El hacerlo es algo que, generalmente, nos causa aprehensión y por ello, algunas veces, lo rehuimos o post ponemos. Sin embargo los niños perciben los cambios aún más sutiles en el ambiente emocional y conductual que los rodea. De ahí la importancia de comunicárselos e incluirlos en el proceso de adaptación que comienza con el diagnóstico de la enfermedad de una persona significativa en su vida. De lo contrario se corre el riesgo de que ellos se imaginen escenarios aún más amenazantes y que se sientan culpables de los cambios que perciben en su entorno como la irritabilidad, la tristeza, la ansiedad y el enojo.
Este libro es una herramienta útil para lograr explicarles lo que un diagnóstico de cáncer puede significar en su cotidianidad y mostrarles maneras sanas de expresar sus sentimientos, compartir sus emociones y valorar las vivencias familiares.