Si bien históricamente la inteligencia humana le ha dado muchos beneficios a nuestra civilización para lograr mejores niveles de vida en la humanidad, el hecho de que no se haya complementado como debería con la sabiduría divina debido al creciente ateísmo y rechazo a Dios, ha traído sufrimiento a nuestras sociedades a través de opresión y muchas injusticias perpetradas contra nuestra especie humana por una pequeña élite de psicópatas malvados y egoístas que controlan las principales instituciones de nuestro mundo.
El problema para muchos no creyentes en estos días decisivos es que la naturaleza de la sabiduría divina es espiritual porque no puede ser aprehendida por la argumentación o el pensamiento racional.
Como resultado, la mente de Cristo nuestro Salvador y Su sabiduría nunca estarán disponibles para ellos si no lo buscan en sus espíritus divinos.
Las consecuencias para este segmento de la humanidad de rechazar el perdón y la salvación ofrecidos por Dios son un final desolador y el encarcelamiento de sus almas por el maligno.
No importa si no creen en el espíritu divino. Satanás, aunque su tiempo está por terminar, todavía gobierna este mundo oscuro y tarde o temprano lo encontrarán en sus vidas.
Si las personas abandonan a Dios, Dios las abandonará a ellas, y esto conduce a una segura aniquilación.