Las primeras líneas, los primeros relatos de este volumen ya ponen de manifiesto lo que va a ser el hilo conductor de esta obra: «La luz golpea la persiana echada y se cuela por los bordes moteando la penumbra». En un juego constante de luz y sombra, brillos y tinieblas, el autor se adentra en los entresijos del alma humana, en un camino en el que la realidad y la ficción no conocen límites, y lo mágico se une a lo cotidiano sin traspasar otro umbral que el imaginario literario y la creación personal, marcada, en esta ocasión, por el predominio de la oscuridad. En estas historias el lector podrá recorrer un camino sombrío, lleno de fantasía y de crudas y terribles realidades, con un predominio de lo lúgubre y tenebroso que, sin embargo, no le llevará a la total oscuridad. Lejanos faros aparecen en el horizonte para propiciar la sombra; esta solo toma vida si existe, en alguna forma, un ápice de luz. De nuevo, Christian Nutz de la Calle juega con el lenguaje. Imágenes e ingeniosas metáforas dan muestra de una madurez literaria, conseguida a través de los años, a fuerza de ser un ávido lector y un constante creador, lo cual le confiere el buen manejo en la palabra escrita. La invitación a profundizar en todo ello y fundirse con las páginas de este libro se incrementa con la contemplación de las ilustraciones, todo un mundo de color y derroche de creatividad que estimula al lector para gozar del placer de la lectura.