La representación política ha sufrido una trans­formación y los partidos políticos tienen una fisonomía nueva, que desafía los conceptos tradicionales de los que las normas electorales son tributarios. Las res­ponsabilidades de cada etapa y operación del complejo sistema jurídico instrumental de las elec­ciones pueden y deben ser revisadas pero esto requiere del conocimiento y juicio desapasionado y objetivo de la legislación y las modalidades en que se desarrolla actualmente la justa electoral en nuestro país. En pos de la brevedad de un estudio que no debe reemplazar la centralidad de las normas no incluyo ninguna mención sobre el sentido de la necesaria transformación, sin embargo espero que su di fusión ayude a alumbrar nuevas condiciones que continúen dando garantías de seguridad y transparencia a los ciudadanos y ciudadanas, pero que reflejen el devenir de veinticinco años de democracia a los que las normas, las prácticas y la administración electoral, más allá de algunos obligados cambios, fueron bastante impermeables. Alejandro Tullio