Dedicado al diálogo entre marxismo y psicoanálisis, este libro se concentra en un punto de inflexión en esa zigzagueante trayectoria de amores y de odios teóricos. Punto de inflexión, porque después de él, ya no cabe hablar ni de amores ni de odios ni, estrictamente, de diálogo:el tozudo esfuerzo de Louis Althusser interviene en la constitución de una nueva problemática que, a su vez, tenderá a convertirse en una de las que ostentan mayor gravitación en la discusión contemporánea de la filosofía política. El ingreso de la contingencia al escenario de las ciencias sociales, hegemonizado durante décadas por la máquinas de la determinación; junto con la productivi­dad y problematicidad del lenguaje y las complejidades de la constitución subjetiva que el psicoanálisis habilita, convergieron en la configuración de una otra arena teórica que resultó revulsiva y desconcertante para las miradas que habían prevalecido en buena parte del siglo XX y desde las últimas curvas del XIX. Detenerse a considerar la cuestión del sujeto desde los puntos de partida que permite el psicoanálisis y desde los requerimientos que plantea la política es un asunto de considerable relevancia.