Paco no era un niño como otro cualquiera, aunque pudiera parecerlo. Tenía el pelo castaño, era alegre y risueño, siempre dispuesto a jugar. Pero Paco guardaba secretos que sólo sus padres conocían. El más importante, que tenía un perrito pequeño, de color marrón y blanco, muy nervioso, juguetón, y tampoco era un perro cualquiera... Lo que hacía de Juanito un canino diferente consistía en que únicamente Paco lo podía ver y comunicarse con él. Juntos vivían numerosas aventuras, ya que, además, tenían habilidades especiales que utilizaban para ayudar a las personas que lo necesitaban y resolver misterios.