A Jorge le encanta leer y curiosear los libros que expone Ismael Gutiérrez en un puesto cerca del río, entre los que siempre encuentra alguna obra de aventuras o misterio que poder devorar por la noche tumbado en su cama. Cuando no lee, Jorge se junta con sus dos mejores amigos, David y Róber, y se pasan las horas jugando por el barrio a lo que se les ocurre.Un día aparece en su clase un niño nuevo con un aspecto un poco estrafalario. Como Jorge es, además, muy curioso, al instante siente la necesidad de saber más sobre él, y termina haciéndose su amigo. Pero las peculiaridades del recién llegado le llevan a convertirse, muy a su pesar, en el objetivo de las burlas de parte de sus compañeros. A Jorge aquello le parece injusto. Él piensa que todos, a su manera, poseen alguna rareza que podría dar lugar a bromas. Inspirado por las aventuras que lee en los cómics y las novelas, Jorge ideará un plan para identificar a las víctimas de los abusos y denunciar a quienes los cometen. Para ello no se le ocurre nada mejor que fundar un club muy particular, el club Piggy. Un club con sus reuniones secretas, con su ideario y con sus miembros que, tras alguna que otra duda, deciden adherirse al plan y dar un escarmiento a los «salvajes» de la clase. Sin embargo, los elaborados y vengativos proyectos del club Piggy terminan tensando la situación en el colegio, y el cerco se va estrechando poco a poco alrededor de Jorge y sus compinches.