"El penúltimo sorbo del café supo amargo, el humo del cigarrillo precipitaba el aviso de un fin inminente". Así da comienzo sin armisticio una dosis excesiva de letras asiladas. Palabras que se fragmentan en amplios significados, pretenden que el lector comprenda lo que cada una intenta expresar. La intensidad de las emociones amplificó la percepción de un observador elocuente del universo. Por ese motivo, después de varios periodos de la vida, dejó frases escritas que emanaban febriles sin una dirección correcta. Muchas de ellas pasaron a ser perspectivas de sucesos ficticios, pero también esto significa exponer los síntomas aciagos provocados por la realidad. Un intento oportuno para que no queden en el olvido como borradores polvorientos. Las prosas mostradas aquí son como fotografías abstractas hechas a la largo de varios años; es una visión noir que, en ocasiones, se contrasta con tonos satíricos —por momentos románticos— de la vida y de todo lo que implica la existencia.