Se sabe que Jesús vivió una vida de amor, justicia y misericordia. Sus acciones y enseñanzas están impregnadas de estos valores, y continúan inspirando y guiando a millones de personas en todo el mundo en la actualidad.

Jesús predicó el amor al prójimo como uno de los mandamientos más importantes, enseñando la importancia de amar no solo a los amigos y familiares, sino también a los extraños e incluso a los enemigos. Ejemplificó este amor a través de sus acciones, ayudando a los necesitados y sanando a los enfermos, así como perdonando los pecados y acogiendo a los marginados por la sociedad.

Además, Jesús también enfatizó la importancia de la justicia. Criticó a los líderes religiosos que eran hipócritas y francos en sus acciones, y defendió a los oprimidos y vulnerables. Incluso echó a los mercaderes del templo cuando se dio cuenta de que estaban explotando a los pobres.

Pero Jesús también mostró misericordia, ofreciendo el perdón a todos, sin importar su pasado o sus pecados.