Estuve leyendo sobre la vida de Juan el Bautista, aquel hombre que vino a preparar el camino de Jesús «el cristo». Juan el Bautista fue considerado un profeta de Dios, y mensajero de las buenas nuevas. Fue un predicador ambulante y se le reconoce como un importante personaje bíblico. Él bautizaba a las personas en las aguas del río Jordán luego de haberse arrepentido de sus pecados. Juan fue escogido por Dios para cumplir un propósito; preparar la venida de Jesucristo. De ese modo Dios usó a este profeta para dar a conocer la salvación y perdón de pecados por medio de Jesucristo. Juan Bautista llevó a cabo su propósito a la perfección, bautizó a Jesús y luego se apartó para que Jesús se dedicara a enseñar el evangelio. El Bautista tenía claro cuál era su propósito de vida. Él nunca se interesó en las riquezas mundanas ni deseaba vivir en una casa lujosa. Tampoco luchó para tener los mejores alimentos, él se conformaba con comer saltamontes y miel silvestre. Los años que vivió Juan el Bautista no fueron muchos, pero sí fueron los suficientes para completar su obra. En sus últimos días de vida, tuvo dudas sobre si Jesús era el mesías. Con hechos Jesús mostró que él era el verdadero hijo de Dios.