Comenzamos nuestra labor docente en un colegio público que solo escolarizaba a los menores del "reformatorio de Godella". Aquellos primeros cursos fueron duros. Convivían delincuentes juveniles con niños de protección en situación de abandono. Los que delinquían cometían mayoritariamente delitos graves, la reincidencia era alta y solían, al cumplir los dieciséis años, acabar en la cárcel. En una época de grandes cambios, los inicios de la democracia española, las reformas en educación y en el terreno judicial, con la aprobación de la Ley del menor, transformarán el funcionamiento del colegio y nos llevarán a poner en valor la educación en un contexto de privación de libertad.

Tres profesoras, licenciadas en Psicología, Románicas y Pedagogía, coinciden en un centro de reeducación de menores y se enfrentan al reto de organizar como equipo directivo un colegio, que luego será un instituto, adaptándolo a las transformaciones de los dos sistemas que regían su actividad docente, el judicial y el educativo. Alicia, Ana y María Jesús acaban siendo muy buenas amigas en pro de una meta común, la inclusión educativa con menores infractores.