Materialidad. La utilización de los materiales nos permite dar textura y delimitar espacios, no solo apuntando a lo estético, sino a brindar una respuesta espacial de acuerdo a nuestros programas arquitectónicos. La técnica constructiva tiene que relacionarse previamente con el impacto climático y contribuir a la habitabilidad del hogar, satisfacer las necesidades y vincular los espacios interior-exterior. Crear territorio es estudiar el emplazamiento y la topografía para sacar el máximo provecho y apropiarse del lugar. Determinar los límites del espacio leído, vivido y comprendido. Es parte del proyecto el estudio del terreno, las condiciones climáticas y el entorno, para llevar a buen puerto nuestras ideas. Seamos conscientes de que vamos a cambiar el paisaje. Usamos varios elementos para poder utilizar a nuestro favor las condiciones ambientales partiendo de la orientación. Así, podremos manejar la incidencia del sol que influenciará en la iluminación y el acondicionamiento térmico. En esto juegan un papel importante las aislaciones. Con materiales aislantes envolventes de baja inercia térmica tendremos un ahorro económico y práctico significativo, y también podremos ayudarnos si generamos energía fotovoltaica. La casa se conforma de espacios habitables, privados y blicos, de vacíos, de visuales, de la plasticidad material y de la luz. Lograr una síntesis, una abstracción, un lenguaje esencial de belleza, función, armonía y elegancia; y que el diseño potencie una buena calidad de vida.