Thomas DeAngelo estaba profundamente dormido cuando el teléfono empezó a sonar sin cesar. Finalmente, cogió el teléfono a ciegas y murmuró un molesto "Hola". La voz al otro lado le hizo ponerse de pie en la cama. Esa voz pertenecía a alguien que había sido declarado muerto hace cinco años. Era la voz de Angela, la esposa de la que se había separado antes de su supuesta muerte. Ella estaba en grave peligro y necesitaba desesperadamente su ayuda, para lo cual debía viajar a Brasil. Por el bien de sus hijas, aceptó. El viaje para rescatarla le llevaría a Sao Paulo, Río, Brasilia y a mil millas por el río Amazonas hasta Manaos y una aldea indígena abandonada a orillas del Río Negro. Por el camino se encontraría con un interés amoroso brasileño que se convierte en parte integrante de su plan de rescate, así como con peligrosos criminales de Nueva York y Brasil que, en última instancia, tratarán de eliminarlo."