Los latinos, por lo general, somos personas trabajadoras, creyentes y orgullosas de nuestra cultura, nuestra familia y nuestro esfuerzo. Estamos acostumbrados a luchar por lo que tenemos y a ser agradecidos por las oportunidades que este país nos brinda a cambio de esfuerzo y honestidad. Por estas razones, muchas veces los hispanos desaprovechamos oportunidades o ignoramos la existencia de ayudas legales creadas por el gobierno de los EEUU para ayudar a personas que están pasando precisamente por dificultades financieras. La falta de educación acerca de nuestros derechos legales, combinada quizá con un poco de orgullo, hace que, para los hispanos, declararse en bancarrota sea algo traumático y vergonzoso, algo así como el sello del fracaso final del cual nos será muy difícil de recuperarnos. Acceder a la bancarrota es reconocer que necesitamos ayuda para salir del hoyo, así como la oportunidad de comenzar de nuevo financieramente. No apelar a la bancarrota, cuando podemos calificar honestamente, sería como negarse a agarrar un salvavidas cuando estamos ahogándonos. La ley de bancarrota es ese salvavidas financiero que el gobierno creó para rescatarnos. Éste es un libro fácil de leer en el que podrás ir directamente a la respuesta que estás buscando. También podrás leerlo de principio a fin para entender los puntos básicos de la bancarrota. Este libro no reemplaza la necesidad de consultar con un abogado experto en la materia pero es un excelente primer paso, mucho mejor que confiar en las anécdotas de nuestros familiares y amigos. Admiro a quienes, al verse en problemas financieros, reconocieron sus errores, tomaron acción, buscaron ayuda y resolvieron los problemas que un día parecían imposibles de resolver, rescataron su vida y la de sus familias de la crisis financiera y ahora nuevamente tienen buen crédito, una empresa y casa propia. A todos ellos va dedicado este libro. ¡Siempre hay una solución!