A través de los barrotes de su celda, Werner Holm vio cómo el sol se ponía sobre los altos muros grises de la prisión. Una tenue y blanca sonrisa se cernió sobre sus labios y sintió que su alma era invadida por una leve alegría. Pronto el globo rojo anaranjado se hundió tras la pared, pero el cielo donde había desaparecido seguía iluminado por el resplandor de una luz fuerte y cálida. Pasó mucho tiempo antes de que el cielo se oscureciera por completo. Cayó el crepúsculo. Esta novela, con fuertes tintes noir, se desarrolla en Hamburgo, la bella y fría metrópolis del norte. Entre una sucesión de personajes, entre los que destacan un preso que se declara «autoculpable», un peligroso criminal psicópata, un psiquiatra que se ve involuntariamente involucrado en los hechos y el equipo de la policía criminal de Hamburgo, esta historia es una lectura absorbente desde la primera hasta la última página.