¿Alguna vez te propusiste cambiar algo en tu persona y en tu vida y no lo lograste? ¿Sentiste alguna vez que no podías poner en palabras lo que te pasaba internamente y eso te hacía sentir separado o negativamente especial? ¿Qué cambiaría si lograras expresar lo que sentís reconociendo qué hay detrás de cada emoción? La vida es una conquista personal y lo que logres con ella no solo será tu mayor regalo, sino también la mejor herencia que puedas dejar a los demás. Todos estamos llamados a vivir en plenitud y para eso necesitamos conquistar habilidades que en la educación tradicional no están presentes. Ser felices no es una utopía ni es una condición de los que tienen más. El más rico es el que logra conquistar su propia vida, y todos estamos llamados a vivir en el máximo de nuestras posibilidades. Aprender a darle sentido a la vida no es un privilegio, es una necesidad que atraviesa toda nuestra experiencia y servirá para vivir cada paso como un aprendizaje, condición necesaria para conquistar nuestra propia alegría, serenidad y gratitud.