Perdonar no es fácil para la mayoría de las personas. Nuestro instinto natural es cerrarnos y protegernos, vengarnos o actuar como lo hicieron con nosotros. Lo que queremos es luchar, lograr la justicia y que los demás sientan lo que nos causaron. Por naturaleza, no tenemos gracia, o misericordia cuando otro comete un error.

A todos nos han ocurrido cosas muy importantes y dolorosas, y el perdón es la clave para liberarnos de las heridas del pasado. Perdonar a alguien no significa que uno deba prestarse para ser lastimado nuevamente.

¿Qué pasaría si nos propusiéramos vivir un estilo de vida de perdón, en el que nada nos moleste, en el que incluso las pequeñas heridas se desprendan de nosotros como el agua de la espalda de un pato?

Esa es la vida de libertad que Dios quiere para nosotros.

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Si deseas liberarse de la culpa, el resentimiento, el rencor y recuperar la paz interior, este material es para ti.