La criminología moderna echó raíces en México en la época de la Independencia. La relación entre estos dos hechos aparentemente inconexos no fue casual, pues se derivó de importantes cambios en el ámbito intelectual europeo. A partir del siglo XVIII las obras de los pensadores de la Ilustración ofrecieron amplias seguridades a sucesivas generaciones tanto de analistas sociales como de políticos sobre la capacidad de la razón humana para imponer el orden en sociedades supuestamente caóticas. Esa confianza en un mundo intrépido, nuevo y racional inspiró a los padres de la patria, Miguel Hidalgo y Costilla y José María Morelos, así como a las élites criollas que ejercerían el control político una vez consumada la Independencia, a librar a México del arbitrario, impráctico y retrógrado (y por lo tanto política, económica y socialmente irracional) régimen colonial español.