Fantasmas para Aina no es sólo un cuento de fantasmas para leer una noche lluviosa, o con mucho viento, en medio de un corrillo de amigos o en la cama, antes de irse a dormir. Es mucho más, es la historia más vieja del mundo: la historia de personas o de niños, qué más da de quién se trate, que tienen el valor de enfrentarse a lo desconocido. Un día, la pelota de unos niños se cuela en un sitio que no debe, una casa abandonada desde hace mucho, muchísimo tiempo. Aina tiene el valor de entrar a buscarla, pero no hallará sólo la pelota, también encontrará solidaridad, tristeza, incomprensión y amor; y una historia que no es ajena a ella.