Los síntomas emocionales de la depresión son tan diversos como puede ser. En un estado depresivo, uno tendría menos interés en hacer incluso sus actividades rutinarias.

Se encontraría atado por alguna fuerza desconocida. No tiene ningún interés en participar en nada. Además, un estado mental deprimido perturba incluso su sueño.

Las noches sin dormir, atribuidas por el estado depresivo, pueden incluso agravar los problemas. Sus pensamientos vagan como si hubiera encontrado el mayor de los bloqueos en la vida.

Pierde su capacidad de concentración, lo que cambia seriamente el rumbo de su vida profesional y personal, donde su vida se va a pique. Parece que no tiene energía en absoluto en cualquier actividad que involucra y da incluso bien construido un hombre, una impresión de que es demasiado débil para hacer frente, incluso el más simple de las cosas.

En última instancia, una mente deprimida le hace cuestionar, incluso, el propósito de su existencia. Se han registrado numerosos casos de suicidio a causa de este impedimento mental.