Dentro de la cadena alimentaria están implicados numerosos agentes. La tarea para controlar todos los pasos y procesos es muy compleja y, en ocasiones, pueden aparecer puntos débiles que ponen en riesgo la salud de los consumidores. Uno de los medios para garantizar que esto no suceda es la transferencia de conocimientos. La seguridad de los alimentos es una de las máximas prioridades de la Unión Europea. Para ello, cuenta con importantes acciones y planes que fomentan la investigación sobre aspectos de seguridad y calidad alimentarias.

La seguridad es un factor clave en toda la cadena de producción de alimentos. Para ello, la Unión Europea cuenta con normas que se aplican de forma estricta para todos los productos. Dentro de la cadena alimentaria se engloba el concepto "de la granja a la mesa", un término que integra la vigilancia de los alimentos en todos y cada uno de los pasos que se siguen, desde la materia prima hasta el producto final. En él están implicados agricultores, ganaderos y productores, entre otros. La calidad desde el origen implica aplicar métodos de preparación, producción, transporte, distribución y venta. En el caso de la producción animal, los controles incluyen aspectos como limpieza de las instalaciones, evitar enfermedades contagiosas animales transmisibles a través de los alimentos o realizar análisis. En el ámbito vegetal, los controles incluyen aspectos como cuál es la forma más eficaz de evitar riesgos biológicos, químicos o físicos, o la necesidad de conocer el origen de los productos fitosanitarios.

. El objetivo es detectar posibles riesgos que puedan aparecer en cualquiera de los puntos de toda la cadena y eliminarlos, y garantizar así mayor "protección para la salud animal, la sanidad animal y vegetal y la seguridad alimentaria". Además, el plan incluye la prevención de enfermedades relacionadas con los alimentos para reducir su incidencia y prevalencia. Se incluyen en el plan todos los aspectos de control oficial al concepto "de la granja a la mesa".

Las líneas de inversión prioritaria en sanidad animal y fitosanidad se concretan en estos 10 puntos:

Enfermedades que repercutan sobre la salud humana.

Enfermedades con impacto en la salud animal, teniendo en cuenta su posible propagación y las tasas de morbilidad y mortalidad en la población animal.

Enfermedades y zoonosis que puedan introducirse en el territorio de la UE procedentes de terceros países.

Enfermedades que puedan generar una situación de crisis con graves consecuencias económicas.

Enfermedades con un impacto en el comercio con terceros países y en el comercio dentro de la UE.

Plagas, considerando la Directiva 2000/29/CE, de cuya presencia no se tiene constancia en el territorio de la UE.

Plagas que no estén enumeradas en la Directiva 2000/29/CE y que representen un peligro inminente para el territorio de la UE.

Plagas que puedan generar una situación de crisis con graves consecuencias económicas y ambientales.

Plagas con un impacto en el comercio con terceros países y en el comercio dentro de la UE.