Lo que Harris llama "el enigma del cerdo" tiene dos partes. Por un lado, está la PORCOFOBIA (rechazo a los cerdos) de los JUDÍOS, MUSULMANES y CRISTIANOS.
El dios de los antiguos HEBREOS denuncia al CERDO como ser impuro y que contamina a quien lo come (en el Génesis y en el Levítico, de la BIBLIA). Los seguidores del ISLAM también adoptarían el rechazo al CERDO.
Por otro lado, está la PORCOFILIA (amor a los CERDOS) de las tribus de NUEVA GUINEA y de las MELANESIAS DEL SUR DEL PACÍFICO. Para estas tribus los cerdos son animales SAGRADOS, que se sacrifican a los antepasados ​​y se comen en festejos, bodas y funerales.
El CORÁN y la BIBLIA condenan a los cerdos. Se han dado diversas explicaciones de esta condena. Antes del Renacimiento se decía que era porque el cerdo es un animal sucio, pero las vacas encerradas en un recinto chapotean en su propia orina y en sus excrementos.
Para desarrollar este tema, hemos resumido el capítulo 2 de esta obra clásica de Harris: "Porcofilia y porcofobia".