Me gusta enfrentarme a una buena pelea. Cuando soy injustamente atacado, he aprendido a buscar la guía y el liderazgo de el Espíritu Santo y batallar venciendo el mal con el bien. ¡Hay una diferencia enorme entre un Pacificador y un Pacifista!
Este Plan de Batalla, es tomado de la vida y el mensaje de Jesús, y ha estado en mi corazón aún antes de que terroristas me mantuvieran secuestrado en condiciones extremas, en el año 1983. Desde entonces, miles de misioneros, pastores, y otros Cristianos han sido secuestrados, asesinados, o han tenido que huir de sus lugares de ministerio en la zona rural de Colombia. Estos Cristianos, en vez de sufrir una derrota prematura, hubieran sido victoriosos, si tan solo hubieran entendido este Plan de Batalla.