El lector tiene en sus manos una obra que busca reivindicar la conversación en torno al asunto ecológico desde la reflexión teológica. Como así también pretende generar la necesidad de repensar nuestra relación con la Creación y el cuidado que le debiese ser dado.

Vivimos en una época donde la dimensión de la mayordomía en torno a la casa común, es decir la tierra, pareciera ser completamente olvidada. En sus orígenes el Ser humano fue dotado de la capacidad de administrar la tierra y cuidarla religiosamente. No obstante, con el paso de los años este compromiso se ha degradado casi a un punto de no retorno. El espacio de la conversación y divulgación de esta materia podrían llevarnos a repensar nuestras prácticas ecológicas. Una reflexión original y candente, pues va a las fuentes del problema y propone una perspectiva bíblica-teológica para entregar respuestas que pudieran ayudar.