Desde la perspectiva del gobierno argentino encabezado por Carlos Menem, las relaciones internacionales de la post-Guerra Fría transitaron una nueva etapa signada por la mayor interdependencia y por el incremento de la cooperación entre los Estados. En el campo de la seguridad, se dieron nuevas posibilidades para el surgimiento de un esquema colectivo de seguridad global, donde las Naciones Unidas y las distintas organizaciones regionales desempeñaron un rol preponderante en el fortalecimiento de la paz y la seguridad internacionales.
Se sostuvo que la seguridad del país depende de la consolidación de vínculos cooperativos con las demócratas avanzadas y del fortalecimiento de un marco global pacífico y estable. Subyacía en la visión del gobierno, la idea de que el sistema de seguridad colectivo global y en lo posible también hemisférico, actuasen como un esquema de reaseguro frente a su propia inseguridad, en la medida en que sus fuerzas armadas poseían una capacidad operativa restringida debido principalmente a restricciones presupuestarias.
Para desarrollar el tema, hemos resumido lo esencial de SEGURIDAD Y DEMOCRACIA: NUEVOS RUMBOS EN LA POLÍTICA EXTERIOR ARGENTINA, de Elsa Llenderozas.