Hijo al momento de escribirte esto aún eres pequeño para entender muchas cosas que quisiera enseñarte. Para cuando puedas comprender estas líneas, estarás en camino a ser un hombre, ya no te estaré tomando de la mano ni cargando en mis brazos, pero como todo hijo para todo padre, para mí aún serás mi niño. Lo titulé "Manual de vida" aunque no tengo ningún instructivo de cómo ser padre. Lo hice porque considero que es una herramienta que te estoy preparando para un futuro, pensando que algún día pueda serte de utilidad, que quizá podría ayudarte a tomar mejores decisiones en tu camino, porque en este momento desconozco que tantas cosas, situaciones y tiempo nos va a permitir compartir juntos nuestros destinos, la vida misma y Dios. No eres un poseedor de privilegios, tampoco tengo mucho para acolchar tus fracasos: Tu vida dependerá de lo que logres con tu propio esfuerzo. Estas líneas te las dejo también como un agradecimiento por lo que me has enseñado, sin contar que al escribírtelas, también aprendí muchas cosas. Sé que debo desprenderme de lo que creo deberías llegar a ser, de lo que en verdad eres. Como muchas cosas en la vida, te aconsejo este Manual no lo aceptes, ni lo rechaces, simplemente... ¡Ponlo a prueba! ¡Comprométete a ser feliz! Ahora debo luchar por ser mejor y esforzarme más que nunca, pues sé que siendo tú mi hijo y yo tu padre... Seguirás más mi ejemplo que mi consejo.