Marinola tiene seis años en medio de un convulso 1968 uruguayo, en el seno de una familia sobreprotectora, intelectual y politizada, donde juega sola, lee mucho y tiene intereses bien diferentes al resto de los niños de su edad: la política, los dinosaurios, los platos voladores y el ocultismo. Su abuelo había sido secretario privado de don Pepe Batlle y su madre había trabajado en el diario El Día; allí se relaciona con el resto de los Batlle y con Pacheco, una figura familiar pero a la vez temida y resistida por Marinola. Esta es una recorrida por un año especial, con todo lo que trae aparejado para una niña: idas a Manzanares y Angenscheidt, cumpleaños y peluquerías, paseos y televisión, Batman y Robin y teleteatro, discusiones que terminan en «¿por qué?». En el fondo se sienten siempre ecos de los dos inmensos contendientes en el tablero de la Guerra Fría. Es una colección de ocurrencias disparatadas, recuerdos dolorosos y carcajadas. Marinola 68 plantea la oportunidad de descubrir una época crucial en Uruguay, con su cultura popular y sus tragedias civiles, desde la perspectiva poco frecuente, quizás nunca investigada, de una niña de seis años.