Esta práctica de transferencia de consciencia, conocida como poua, se realiza por el beneficio de alguien que haya muerto recientemente y es tradicional hacerla en los primeros cuarenta y nueve días después de su muerte.

Si realizamos esta práctica con fe, compasión y buena concentración, establecemos una conexión especial entre el fallecido y los seres sagrados y le ayudamos a que renazca en una tierra pura de Buda, o al menos, a obtener un renacimiento afortunado.