Cuando el Señor Jesús murió en la cruz, el velo de templo se rasgó de arriba a abajo, abriéndose así la puerta a la verdadera intimidad espiritual entre Dios y Su pueblo. Aunque esta barrera ya ha sido quitada, demasiados creyentes viven como si estuviese puesta todavía. 

Este libro examina el tabernáculo del Antiguo Testamento como símbolo del andar cristiano. Su propósito es renovar el llamado de Dios a todos los creyentes, a moverse del atrio exterior de salvación al lugar santísimo, y por ende, a la intimidad con Dios. 

Aunque muestra los requisitos de Dios para una mayor intimidad, el objetivo principal de este libro es desafiar a los lectores a examinar sus vidas a la luz del llamado de Dios al lugar santísimo.