Los hijos son una bendición del cielo, le dan sentido al matrimonio, son el futuro de una nación, son la esperanza del mañana y son la alegría del hogar. La mayoría de los padres quieren darle lo mejor a sus hijos, cuando nacen les quieren dar amor, cariño y la mejor alimentación, quieren darle la mejor educación posible, en la escuela y en el hogar.

Un buen padre quiere ser ejemplo a seguir de sus hijos y por eso trata de ser mejor persona cada día, para que así sus hijos sean buenos ciudadanos en el mañana.

Muchos de los padres les gustaría que sus hijos sean personas importantes que aporten a la sociedad y hasta que sean famosos y reconocidos por sus eminencias.

Quiero preguntarles ¿Como estamos manejando el don de Dios en nuestra vida?, ¿Qué estamos haciendo para desarrollarlo?, ¿Que estamos haciendo para cuidarlos? Y ¿Qué estamos dispuestos a dejar por esos hijos ministeriales?

Veras a tu hijo como tu don de cantar, predicar, ayudar, aconsejar, pero también puedes ver como un don a tu casa, vehículo o bienes, porque también Dios algún día te preguntara por lo hiciste con lo que él te dio.