Brouwer busca crear un puente entre la escatología y la misión, asegurándonos que no podemos descartar una discusión en la que ambos arquetipos teo­lógicos se examinen juntos. Al contrario, el plan es propender hacia una convergencia de tópicos en que cada individuo asuma su rol como seguidor de Jesús a la luz del escatón.
A fin de lograr su objetivo, Brouwer razona críticamente con el pensamiento de otros teólogos, y se centra en ejemplos tomados de la Biblia, afirmando que el papel del individuo en la iglesia primitiva diverge del actual. A este respecto, Brouwer nos desafía a pensar en función del texto bíblico, e intentar reconocer que nuestro eje de pensamiento está dislocado, y que debe ser re-posicionado en el lugar en que la identificación cristiana tenga el valor que originalmente tuvo. En otras palabras, este libro no trata del cristianismo institucional, en el que el foco de la misión-escatológica recae en el clérigo, mas se orienta hacia el individuo, y las comunidades eclesiásticas locales.