Arrozales en terraza de un verde imposible, grandes olas, encantadoras ceremonias en templos hindúes, hipnóticas danzas, kilómetros de playas y una gente amabilísima: hay tantas imágenes de Bali como flores en los franchipanes que cubren la isla.

Esta es una de las islas más visitadas en los viajes a Indonesia, muy acogedora con el visitante. Hay alojamientos sencillos para surfistas y también lujosos hoteles en mitad de las montañas. Se podrán comer sabrosos platos preparados con productos de los mercados locales o dejarse llevar a un viaje culinario global por cocineros de talla mundial.

Que sea pequeña no significa que sea homogénea: la desenfrenada Kuta deja paso a la deslumbrante Seminyak; el ambiente artístico de Ubud sirve de contrapunto a las excursiones entre brumosos volcanes; y la costa está llena de tranquilas localidades de playa como Bingin, Amed o Pemuteran.