Entre dos árboles centenarios cuyas ramas se entrelazaban las unas con las otras, y en medio de los dos dándole la sombra, estaba la víctima primorosamente vestida de comunión. Seguramente era el sitio más bonito del parque. Era una preciosa niña de cabellos oscuros y piel blanca bronceada por el sol. Estaba tan bien arreglada que no había duda de que la persona que lo había hecho, no fue por primera vez.El hallazgo llevará al cuerpo de la Benemérita a una exhaustiva investigación que les conducirá a un asesino en serie. Durante todo el proceso, al teniente Vicente Galindo y al sargento Andrés Durán, les hará revivir sucesos acaecidos en sus propias familia.