Solo hay un amor verdadero en la vida, pero lo disimulamos demasiadas veces. Con Takako, mi mundo era la eminente felicidad. Pero un súbito día, desapareció. La busqué en otras mujeres, pero mi vida dejó de ser la misma por culpa de una de ellas. Rechazo, abandono, soledad y tristeza fueron la condena por la ausencia del amor eterno. Fue entonces cuando tuve que buscar a Takako más allá de la vida. Entre las sombras. Pero la búsqueda solo fue un paralelismo del verdadero terror que me condenaría al mayor de los horrores, entre mis cuatro esquinas sangrientas.