Hay quien tiene la suerte de ser inteligente y noble. Pero no hay nada comparable a sentir, amar, comprender y perdonar. Si a esto le unes la sensibilidad de poner con sinceridad estos sentimientos de forma que los puedas oler y saborear al leerlos, te encuentras sin duda ante un poeta. Esto es Pepe Merino, un poeta capaz de cantar en su madurez a sus amores juveniles, al amor con mayúsculas por su esposa, hijos y nietos. Piropeó a la Maestranza y al mito de su torero, humanizó el Guadalquivir y desbordando los límites de su intimidad les cantó con la rotundidad del que sabe amar.En su última etapa como poeta, destacan los poemas dedicados al ser primigenio que le dio su vida y conformó su niñez feliz... su madre.Sabe transmitir los sentimientos y las emociones en sus versos como un compositor de palabra, que te hace oír música y al leerlo es una suerte para sentirlo como él.Manuel Gómez Mediano.