El título de este poemario, Al este de mis pensamientos, corresponde a un tiempo de evocadoras imágenes que a pellizcos se instalan en la vigilia de su autora, con sensaciones tan relajantes que dan una tregua a los momentos de tristeza que, a ráfagas, aún persisten.Sigilosamente comenzarán a despuntar los primeros escarceos del deseo, de un enamoramiento esquivo, melancólico y oscuro como es su obra, pero con los matices de la delicadeza y en ocasiones de una pueril sensibilidad en su lectura.