La Historia de la Humanidad puede ser entendida como un gran cuadro impresionista en el que interactuamos con Dios. Con nuestras vidas pintamos una serie de puntos que se insertan en el plan de la gran obra de arte que es la Creación. No obstante, como criaturas libres, a menudo no seguimos el plan trazado por el Artista y la emborronamos y afeamos. Pero el gran amor de Dios, sirviéndose de pinceles dóciles, sabe dotar a nuestros estropicios de una belleza que sólo podremos apreciar cuando nos encontremos con Él y contemplemos esa pieza desde su punto de vista.En Los pinceles de Dios conoceremos a diez personajes que se dejaron atrapar por el Gran Artista y contribuyeron a reparar zonas dañadas de la Gran Obra. En cada una de las historias que se relatan se describen encuentros "casuales" entre dos personas que se hallan en una situación límite. Una aporta la visión pesimista y doliente de quien vive para el mundo, sin respuestas y, a menudo, esclavizada por el sufrimiento; mientras que la otra presenta su visión desde la mirada amorosa del Señor impregnada de luz y esperanza, cargada de sentido y fortaleza para afrontar acontecimientos semejantes.