Ante el estado de zozobra generalizada en el que parecen vivir las sociedades occidentales donde la amenaza de la crisis, la inmigración, el terrorismo y los populismos azota a los hasta no hace tanto seguros y confiados ciudadanos de los países desarrollados, ¿acaso es imposible idear un nuevo modelo de convivencia? ¿Imposible siquiera uno mejor que el basado en la insolidaridad, el egoísmo y el miedo que se nos vende por doquier? El presente ensayo pretende ofrecer dicho nuevo modelo, dicha alternativa. Un contrato social para el siglo XXI que una en lugar de separar y que busque crecer en lugar de sólo no menguar. Una propuesta para España y para Europa. Para la gente de a pie y para los líderes. Porque aún estamos a tiempo.