Un extraño maleficio afecta a la princesa Shigella y al plácido Reino de su noble padre, el Rey Federico. El anciano Mago Ecletant ha de emplear todos sus conocimientos para resolverlo. Bajo este simple argumento se desarrolla una novela en la que desaparecen el tiempo y el espacio; la realidad y la ficción se mezclan; los personajes interactúan con el pasado y el presente. En ella, el lector podrá encontrar infinidad de influencias y referencias, algunas muy fáciles de identificar; otras no tanto. "El viejo Ecletant tuvo acceso al texto, gracias a la amistad que le unía con el actual abad de Barjenov, Viktor Samokov, el vigilante de los monjes, y por supuesto, al generoso donativo que el noble Federico otorgaba al remoto monasterio".