En el mundo contemporáneo, las cuestiones relevantes que se encuentran en el centro del debate respecto de la política pública van más allá de la toma de decisiones gubernamentales de corto plazo influidas por coyunturas políticas y sociales. Éstas –las políticas públicas- tienen que incluir necesariamente consideraciones de naturaleza más estructural, es decir, estimar medidas que consideren la pobreza y la distribución del ingreso, el desempleo, la reforma del sistema legal y el servicio civil meritocrático, así como acciones tendientes a mejorar los niveles de responsabilidad y transparencia en los procedimientos de gestión gubernamental. Se trata entonces de diseñar políticas públicas de calidad, que permitan tener un gobierno eficaz y eficiente, cercano al ciudadano y, por tanto, más ágil o menos elefantiásico.