La mirada de un fotógrafo se fortalece con la observación y las resonancias que esta tenga en nuestro mundo interior. Sólo desde esa perspectiva lograremos reunir en el rectángulo del visor los elementos que nos sean significativos e interactúen entre sí. Al mirar y fotografiar debemos encontrar un significado en nosotros mismos. Y el arte de encuadrar será el posterior esfuerzo para entregarles esa misma historia a los espectadores. Así ya no veremos un conjunto de luces y objetos, si no un fotograma con discurso preciso. La técnica sí es importante, es nuestra herramienta y debemos explorarla y conocerla en sus principios. Por eso este libro está dedicado a los que se quieran dar un tiempo para conocer fundamentos de la cámara. Sólo así entenderemos la particular caligrafía del lenguaje fotográfico y finalmente nuestra imagen fotográfica se jugará en los acentos de luz indicados o en las sombras sugeridas.