Se trata de una historia basada en un caso real, donde unos muchachos estudiantes de estrato alto un poco alocados se reunieron para festejar el cumpleaños a uno de ellos, y se van a una discoteca a bailar. Luego de tener unos tragos encima se ponen a jugar a las penitencias, algo que hacían con frecuencia cuando se encontraban.
Esa noche casi les cuesta la vida, porque al perdedor si no quería pagar una cuantiosa multa, debía irse a una calle peligrosa de la ciudad denominada "la calle siniestra", donde solo hay ladrones y drogadictos, y debía atravesarla. El joven decidió aceptar el reto y todos se dirigen al lugar para ver que la cumpliera.
Lo dejaron en la entrada y ellos se fueron en auto por otra calle menos peligrosa a esperar que saliera por la calle indicada. Y es así como sucede esta historia donde se presenta una cantidad de situaciones que hacen reflexionar al lector sobre la importancia de no hacer cosas de las cuales luego se pueden arrepentir. Se emplea el léxico propio de los habitantes de la calle.