Alana está convencida de que se está enamorando de Llewellyn Couch.

También está convencida de que hay cosas sobre su familia, sobre un misterioso ritual y sobre sí mismo que él le está ocultando.

Él todavía se niega a tocarla, aunque ella puede sentir que él tiene deseos de tocarla así como ella desea tocarlo a él.

Ella sabe que hay una razón por la cual él se niega, así como hay una razón por la que no se le permite vagar sola por los terrenos de la mansión. Ella percibe que El Clan alberga un secreto peligroso y potencialmente mortal. Y, ella está decidida a averiguar lo que es.

Llewellyn sabe que debe contarle la verdad a Alana antes de la luna llena. Hay cosas sobre su familia, sobre su Clan y sobre sí mismo que ella debe saber. Pero, con su hermano amenazando con separar El Clan y además con esa creciente incapacidad de Llewellyn para reinar en sus propios deseos con respecto a Alana, él mismo no puede evitar preguntarse si es mejor mantener ciertos asuntos en secreto.