La vida es como el universo: mucho es lo que sabemos, pero aún más lo que ignoramos. Explicamos lo que podemos mediante leyes físicas y principios matemáticos, pero ignoramos las leyes que determinan lo que nos pasa.
Estamos convencidos de que el amor es un estado de necesidad mutuamente satisfecha, de dependencia y pasión por otra persona, cuando en realidad es una actitud.
Nos esforzamos por acumular riqueza y reconocimientos y le atribuimos a la casualidad lo que sufrimos y hasta culpamos a la suerte de nuestras vivencias. Sufrimos constantemente, pero no comprendemos la razón, ni el propósito del sufrimiento y solemos responsabilizar a los demás de nuestros fracasos y frustraciones.
Escrutar la vida y extraer de ella las leyes que rigen lo que vivimos debería ser una obligación si el objetivo es dejar de sufrir. El camino para lograrlo es la humildad, que solo se consigue anulando el ego.
El libro que tiene en sus manos es una invitación al crecimiento espiritual basado en la observación. Presenta numerosas experiencias que demuestran que hay fuerzas que mueven la realidad con su propia dinámica. Leer la vida, observar y deshojar lo que nos pasa hasta comprenderlo es la clave.
El objetivo de ¡Despierte! es allanarle el camino que explica el sufrimiento y conducirlo a la felicidad y la paz.