Por más que se visite la ciudad, nunca se consigue ver del todo. Se puede cruzar un puente sobre el río Arno varias veces en un mismo día y la luz, el ambiente y las vistas cambian en cada ocasión. Pese a su sorprendente pequeñez, esta ciudad ribereña ocupa un puesto de honor en la lista de lugares del mundo de visita obligada. Cuna del Renacimiento y del turismo de masas, Florencia es magnética, romántica y está en continuo movimiento. Su entramado urbano casi no ha cambiado desde el Renacimiento, sus estrechas calles evocan miles de historias y su comida y sus vinos son tan maravillosos que la marca fiorentina se ha convertido en sinónimo de calidad.