En una buena congregación, esperamos aprender de la Biblia, alabar a nuestro Creador y tener la oportunidad de servirle o al menos de poner en práctica el ministerio o ministerios asignados a nosotros por ÉL; desafortunadamente para muchos no ha sido una realidad obtener todas las enseñanzas necesarias para alcanzar una madurez espiritual en sus personas. La palabra de Dios es por la cual todas las cosas han sido creadas; de la misma manera es nuestra responsabilidad de investigar, escudriñar las escrituras para obtener conocimiento de todo lo creado por ÉL. En la exposición básica de este libro, se ofrece a todo lector conocimientos que han sido cuidadosamente investigados y otros vividos por la autora y otros grandes siervos (1 Tesalonicenses 5:21). De la misma manera, mediante estos mensajes se imparten conocimientos que para una gran mayoría de cristianos están ubicados en una caja; la caja puede ser ignorancia, indiferencia, olvido, incredulidad hacia la palabra bíblica y aun hacia el mismo Dios. Nada debe ser más significante para un llamado seguidor de Cristo que Su palabra (2 Timoteo 3:16-17). Deje que la palabra de Dios sea el único guía en su diario vivir.