Es el segundo volumen de la trilogía. Fernando Avila viaja a Cuba para contraer matrimonio y desempeñar misiones de alto riesgo. Su juventud, sus convicciones, su arrojo y -como él mismo lo califica: algo que podría señalarse como irresponsabilidad- lo hacen aceptar las misiones. Combinar los eventos de la boda, las circunstancias de la luna de miel y las condiciones que debía aprovechar para cumplir con las misiones, no le fue fácil pero cumplió con ellas. La descripción de las personas, los ambientes, los riesgos y los resultados, logran que el lector no abandone el libro. Seis meses después, regresa con su esposa durante la famosa Crisis de Octubre y debe volver a México de inmediato porque sus vidas están en peligro. Este final nos lleva al tercer tomo de la trilogía: ¡Gracias,Cuba!